ARTE e INVERSIÓN 2024.
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ARTE e INVERSIÓN


 

 

 

arte e inversioón.-Jose Manuel Merello.-Española (73 x 54 cm) (detalle). Pintura contemporánea
 

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merello.-mujer con corazones.Arte inversion. Invertir en arte contemporaneo.lComprar cuadros de arte moderno y contemporaneo. Inversion en arte actual. Artistas pintores.

Mujer con corazones.

(100  x 81 cm)

Técnica mixta sobre lienzo


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ARTE, LA MÁS PRECIOSA INVERSIÓN.


 

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Merello.-Primavera .Arte inversion. Invertir en arte contemporaneo y pintura espanola actual. Comprar cuadros de arte moderno y contemporaneo. Arte actual. Artistas pintores.

Primavera española

(81 x 100 cm)

Técnica mixta sobre lienzo
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INVERSIÓN EN ARTE CONTEMPORÁNEO.- Invertir, Comprar Pintura Moderna.-Jose Manuel Merello.-Mujer de Marsella (100 x 81 cm) Técnica mixta sobre lienzo
Mujer de Marsella.

(100 x 81 cm)

Técnica mixta sobre lienzo

 


 


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Florero en el balcón del mar

(81 x 100 cm)

Técnica mixta sobre lienzo

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Jose Manuel Merello artist buy. Prices

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merello.-cap d or Arte inversion. Invertir en arte contemporaneo y pintura espanola- Comprar cuadros de arte moderno y contemporaneo. Inversion en arte actual. Artistas pintores.

Cap d'or 

(81 x 100 cm)

Técnica mixta sobre lienzo

Arte inversión. Invertir en arte contemporáneo y pintura española.



 

 

 

merello.-spanish landscape .Arte inversion. Invertir en arte contemporaneo y pintura espanola actual. Comprar cuadros de arte moderno. Inversion en arte actual. Artistas pintores.

Merello.-"Spanish landscape"

(81 x 100 cm)

Técnica mixta sobre lienzo

ARTE MODERNO ESPAÑOL-PINTORES ARTISTAS MODERNOS DE ESPAÑA



 

merello.-muchacha.Arte inversion. Invertir en arte contemporaneo y pintura espanola actual. Comprar cuadros de arte moderno y contemporaneo.  Artistas pintores.

Muchacha con corazón.

(84 x 100 cm)

Técnica mixta sobre lienzo

 

 

Merello.-Rose nude.Arte contemporaneo. Pintores espanoles actuales. Arte actual,Pintura moderna. Comprar cuadros de artistas contemporaneos.Inversion en arte contemporaneo.

Rose nude.

(100 x 81 cm)

Técnica mixta sobre lienzo

 


Merello.-Still life.Arte inversion. Invertir en arte y pintura espanola actual. Comprar cuadros de arte moderno y contemporaneo. Inversion en arte actual. Artistas pintores..jpg

Granada still life.

(73 x 54 cm)

Técnica mixta sobre lienzo

 


 


Merello.-Bello de luna.Fauvisme. Artistes fauves contemporains. Peinture Fauvist. Peintres fauve modernes. Art Fauve actuel. Couleur et passion. Investir dans l'art moderne.
 

Bello de luna.

(130 x 81 cm)

Técnica mixta sobre lienzo

 


 

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Merello.-Blue woman. Arte inversion. Invertir en arte contemporaneo y pintura espanola actual. Comprar cuadros de arte moderno. Inversion en arte actual. Artistas pintores.

Blue woman.

(100 x 81 cm)

Técnica mixta sobre lienzo


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CONTACTO

 artemerello@gmail.com

Arte Actual. Arte Pintura Actual.

 ARTE ACTUAL. PINTURA ACTUAL.

Mujer con pajárito azul

(92 x 73 cm)

Técnica mixta sobre lienzo

 

merello.-florero. Arte inversion. Invertir en arte contemporaneo y pintura espanola. Comprar cuadros de arte moderno y contemporaneo. Inversion en arte actual. Artistas pintores.

Florero Paris añil

(73 x 54 cm)

Técnica mixta sobre lienzo
 


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Niños de La Mancha

(73 x 92 cm)

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merello.-bodegon . Arte inversion. Invertir en arte contemporaneo y pintura espanola actual. Comprar cuadros de arte moderno. Inversion en arte actual. Artistas pintores.

Bodegón de la alegría

(81 x 100 cm)

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merello.-caballos del sol.Arte inversion. Invertir en arte contemporaneo. Comprar cuadros de arte moderno y contemporaneo. Inversion en arte actual. Artistas pintores.

Caballos del sol.

(73 x 92 cm)

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merello.-Studio.-Arte inversion. Invertir en arte contemporaneo y pintura espanola actual. Comprar cuadros de arte moderno. Inversion en arte actual. Artistas pintores.

Merello.-Studio.-


merello.-el nino .Arte inversion. Invertir en arte contemporaneo y pintura espanola actual. Comprar cuadros de arte contemporaneo. Inversion en arte actual. Artistas pintores.

El niño de Paris

(81 x 130 cm)

Técnica mixta sobre lienzo

 


 

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 © José Manuel Merello Arvilla.-

           

José Manuel Merello

 
 

Pensamientos de un pintor

 "Un buen dibujo no desmerece en nada a una buena pintura. Es más, bajo todo cuadro subyace necesariamente un dibujo que lo sustenta, un esqueleto que lo arma y lo vertebra. Todos los cuadros que carecen de esta base se desmoronan y resultan flácidos. Una garantía de calidad en pintura es un buen dibujo. La cuestión fundamental es qué cosa entendemos por un buen dibujo...pero esto es otra historia"  © José Manuel Merello


"Todo el mundo se pregunta qué cosa es el arte. Yo pienso que el arte es toda aquella creación humana que consigue elevar el espíritu a un plano superior de emoción y sobrecogimiento."  © José Manuel Merello


"...ser pintor, escritor, escultor o músico no otorga ningún rango por encima de cualquier otra profesión. Existen, por supuesto, infinidad de dedicaciones y labores que llevadas al extremo de su perfección superan indudablemente a la mayoría de las obras de los que se dedican al arte. Un maravilloso artesano creador de mantones de Manila puede llegar más lejos que un mediocre escultor, su trabajo puede ser muy superior. O un gran futbolista puede provocar mayores pasiones que la mayoría de nosotros, los pintores. Ser "artista" no es un seguro de nada. Pero si nace un genio seguro que solo nace para las grandes artes además de para la ciencia, la filosofía o la política. No podemos comparar la Capilla Sixtina de Miguel Angel o la Ley de la Gravitación Universal de Newton con el mejor de los goles del mundo. El Arte con mayúsculas es fácil de detectar; su luz continúa brillando a través del tiempo."  © José Manuel Merello


"La pintura española mantiene a lo largo de los siglos una mirada serena y melancólica: trágica pero nunca violenta. No existe pintura española violenta. Ni aún el más fiero Goya ni el más horrorizado Picasso perdieron jamás la compostura y la clase con sus pinceles."  © José Manuel Merello


LA VIDA SECRETA DE LA PINTURA.
La pintura es un estado mental, "un estado del alma" decía Joaquín Sorolla. El pintor que hace de su trabajo un estilo de vida pinta todo el día, todos los días. Pinta hasta cuando no pinta. Cuando duerme pinta, cuando vela pinta. El regalo de ser pintor lleva escondido el veneno y la carga dulce de la total dedicación y entrega. Pintar es difícil y requiere la atención absoluta de la mente y la mano en la observación fría, callada y constante. Hay que poder retener cantidades enormes de combinaciones de color, espacios y líneas. Es imprescindible dotarse de innumerables recursos técnicos, de precisos conocimientos de los materiales y mantenerlo todo ello vivo y actualizado para poder utilizarlo en el instante más inesperado. Pero aún en el caso de tener todo esto bien engrasado y al día, aún así se corre el enorme riesgo de no saber parar a tiempo. El momento más crítico para un pintor es decidir cuándo ha llegado el momento de dar por terminado un cuadro.
En pintura es más fácil pecar por exceso que por defecto. Y por eso no encuentro nada más fascinante que el trabajo callado, silencioso y quieto que supone quedar a la espera de que el cuadro te hable, que termine de pintarse a sí mismo. Este delicado instante puede sobrevenir en el lugar más inesperado y a la hora más impropia y exige estar alerta y saber cazarlo al vuelo. Yo desde siempre tengo la costumbre de pasar muchas horas pintando sin pintar, tan solo mirando mis cuadros, colocados por todas partes, o incluso recordándolos, viviéndolos, mientras paseo por la calle o en cualquier otro lugar y circunstancia: intento atenderlos y escucharlos con la mente fresca, como si no fueran míos sino la obra de un enemigo, con frialdad y hasta con desprecio muchas veces, y, milagrosamente, de este distanciamiento brota la vida propia y secreta de la pintura que decide por su cuenta que ya lo es y que se basta para explicarse. Cuando me abruma un cuadro y el dialogo con su mundo se convierte en batalla entonces lo dejo aislado, apartado en un rincón y al cabo del tiempo -días, meses, o incluso años-, cuando al fin lo rescato, compruebo emocionado como a veces el castigo se convierte en perdón y cómo de éste sobreviene el descubrimiento asombroso de la obra que ha sabido terminarse a sí misma en soledad. En ese instante, rendido, admites que el cuadro ya no te pertenece. Esta es parte de la magia del arte de la pintura.
Quizás esto sea la inspiración. La luz que se esconde tras un proceso mental, una ecuación no escrita de cientos de parámetros que muchas veces se resuelve a sí misma en espera, quién sabe, de que un día la ciencia consiga atrapar el ADN que late bajo la magia del arte.
© José Manuel Merello –


"La Historia del Arte es la historia emocional y espiritual del hombre. Es un recuento de sus sentimientos más sublimes materializados en creaciones que traspasan el tiempo. Altamira y Lascaux son ejemplos primitivos de este afán del hombre por expresar sus emociones. Yo no creo que haya ninguna época artística superior a otra en cuanto al impulso inicial de dejar constancia material de una emoción o un placer espiritual; en cambio si creo que hay etapas del arte que son superiores unas de otras a partir del momento en que el ser humano progresa en su técnica. Así como el progreso científico va en línea siempre ascendente, el progreso artístico, que necesita de la tecnología para poder avanzar, crece en una línea ascendente aunque discontinua porque depende de al menos dos parámetros para ello: la técnica y la emoción espiritual. El arte no es un sentimiento; el arte es su plasmación, la encarnación, el sentimiento esculpido, escrito, materializado, mediante la habilidad técnica. El hombre primitivo no tenía más que unas mínimas herramientas para expresarse y por eso su arte es más básico que, por ejemplo, el Arte Barroco. El problema radica en que técnica y emoción no crecen siempre paralelas y quizás así, a veces, podamos encontrar etapas del arte que con una técnica inferior poseen un impulso emotivo y espiritual mucho más intenso y puro que otras, donde con más medios, el arte se debilita porque el alma del hombre está más enranciada, reprimida o manipulada. Si el espíritu del hombre pasa por una época sublime y libre, y le acompaña una tecnología superior, entonces estaremos hablando sin ninguna duda de una Edad de Oro del Arte." © José Manuel Merello


"Yo no soy un pintor de vanguardia. Mi pintura es pintura contemporánea pero en el sentido estricto de las palabras: pintura de mi época. La vanguardia, en cambio, representa lo más novedoso -no necesariamente lo mejor ni lo peor-, es como la punta afilada de la lanza que abre nuevas sendas. Pero la punta necesita de toda la envergadura y potencia del peso de la lanza; el peso de la Historia del Arte. Sin ella no existe empuje que abra nuevos caminos. El arte de vanguardia es la frescura, lo nuevo, la sorpresa, la verdad y la mentira, la apuesta arriesgada y fascinante. Pero a mí lo que me inquieta es tirar de la tradición clásica y contemporánea, ahondar en lo andado y vigilar, como tantos pintores, que la vanguardia tenga un apoyo sólido...como el hermano mayor que sujeta asombrado al niño intrépido que con su maravillosa osadía se asoma sin miedo alguno a los abismos. Yo necesito observar la vanguardia porque ello me mantiene joven como artista, me depura y clarifica mi espíritu impidiendo que se me gangrene la mirada. Yo formo parte del cuerpo delantero de la lanza y desde mi lugar observo fascinado las punzadas jóvenes del arte y tras de mí tiro de la magna obra de los maestros de todos los tiempos, el legado portentoso que nos sustenta. Yo no formo parte de los destellos -muchas veces fugaces- del filo de lanza. Cada uno tiene su papel y el mío, hoy por hoy, no está en la vanguardia." 

© José Manuel Merello
"La enfermedad visual de Domenico."
"Siempre se ha dicho que El Greco tenía una enfermedad en la vista y que por eso pintaba las figuras alargadas. Yo creo que esto es falso y ridículo. Es muy fácil deducir que si yo veo una manzana y tengo una enfermedad visual que me hace percibirla alargada, de la misma manera la proyectaría alargada en el cuadro y un espectador con la vista sana la "desproyectaría" a su vez y la percibiría en su tamaño real. Si no, si El Greco pintase, como dicen, la manzana más alargada, su visión enferma la alargaría aún más al verla en el cuadro ya terminada, y, suponiendo que no era precisamente tonto, trataría de corregirla con lo cual su manzana alargada volvería a ser normal para cualquier espectador, incluido él mismo.
De igual manera, si yo confundo los colores en mi paleta y veo el rojo verde y el verde rojo, y quiero pintar un prado verde con una amapola roja, como resulta que tengo la vista equivocada me parecerá de un esplendido rojo el prado y verde su amapola, de forma que iré a buscar en mi paleta ese rojo, y, nuevamente, por mi enfermedad, me equivocaré y me parecerá que la pintura verde es de un rojo espléndido para el prado y así, inevitablemente, el cuadro acabará teniendo los colores correctos para cualquier espectador de vista normal.
El Greco poseía una maravillosa creatividad adelantadísima en el tiempo y un sentimiento ascético muy marcado que lo llevó a pintar esas formas alargadas para potenciar un sentimiento espiritual ascendente en el espectador, como ocurre con las catedrales góticas. Todas sus composiciones (salvo algunas, y en su descargo) las pinta en cuadros alargados, y no me lo imagino encargando un lienzo y un bastidor de tal o cual tamaño y protestando al pobre tendero toledano que porqué narices son tan chatos últimamente los bastidores de dos metros. En fin, espero que en un futuro no se diga que Picasso tenía una enfermedad visual que le hacía ver un ojo por aquí y el otro por allá, pero no las tengo todas conmigo."
© José Manuel Merello


"El dibujo no queda definido por la línea, ni la pintura queda definida por el color. La pintura todavía se salva, y esto es en parte lo que la define actualmente, de poder ser asimilada y comprendida a través de un monitor o una fotografía. En cambio el dibujo sí que es asimilable por estos medios; a mí, fetichismos aparte, me da igual tener un dibujo original de quien sea que una fotografía o un póster idéntico de él. Es la misma cosa y el dibujo se puede disfrutar idénticamente, al igual que pasa con leer un buen libro en una edición u otra, o ver la misma fotografía revelada por segunda o décima vez. Cuando no está en juego ni el fetichismo ni la plasticidad, todos estos soportes nos llevan a la grandeza -o miseria- de la obra. Pero en pintura siempre está en juego la plasticidad, lo plástico, lo mórbido, la opacidad o la transparencia, la superficie brillante o mate...cualidades estas imposibles de transmitir mediante un monitor de ordenador, un televisor, o un póster. Lo digital, lejos de arruinar las artes, lo que hace es evidenciar lo que de singular tienen estas, y la pintura se lleva la palma porque hoy por hoy es imposible disfrutar completamente de Las Meninas en una imagen, imposible sentir la poderosa sensación de vacío de la estancia donde pinta Velázquez, imposible percibir la cáscara nacarada de la capa pictórica del cuadro, inútil girarse y verla de lado para poder sentir las delicadas protuberancias y estrías de la pintura del genio. Y no digamos nada de cuadros de Tàpies, o de Lucian Freud, o de Jasper Johns...El color y la disposición de las formas nos pueden sugerir mucho, desdeluego, pero se quedan lejos, no bastan para expresar la plasticidad del cuadro. Esto es la Pintura."
De la misma manera y por todo esto, existe la pintura sin color y de solamente línea y plasticidad, y existe el dibujo con toda la saturación imaginable del color y sin líneas. ¿Es entonces peor en jerarquía el dibujo que la pintura? No. Yo pienso que nada es un estorbo y que todo son avances. El ordenador y los programas informáticos de pintura y dibujo son nuevos lápices y pinceles que añadir a los ya existentes para poder trabajar. Ayudan, son más material, más medios para el pintor. Pero ojo, mientras no se invente la plasticidad digital, o como se fuera a llamar, que se olviden de querer vender cuadros mediante fotografías y que se olviden de que queramos visitar un museo online. Podemos llevarnos una idea tan solo, una aproximación del asunto, pero el latido fetichista se queda en el museo junto con el pálpito de lo que es único y no admite copia."
A la pintura le ocurre algo similar que al teatro con el cine. El cine es un arte con mayúsculas, un nuevo formato conquistado por las musas para llevar el espíritu del ser humano hasta lo sublime; es tan fuerte e intenso como cualquiera de las grandes artes. Pero aún siendo así, lo que lo diferencia del teatro y de las artes escénicas (danza, mímica, toreo etc) es ese algo que precisamente define al teatro: Lo directo, la tridimensionalidad que envuelve al espectador en un momento único, en una actuación única, irrepetible, el olor preciso, el grito y la modulación exacta pero diferente en cada escenificación, la visión real del actor, el fetichismo de su presencia y de la presencia dramática del sentimiento del dramaturgo...todo es asombrosamente parecido a los huecos de una pintura, a su aparición diferente en cada instante, a su dependencia del tiempo siendo distinta según éste la va modelando con sus humedades, sus grietas, sus decoloraciones. El teatro está vivo y la pintura está viva.
Pero ¿significa esto que un cuadro es superior al arte fotográfico o a un póster de un buen dibujo? y, ¿es superior por lo mismo el teatro al cine? Yo pienso que quizás no lo sean, pero si el cine es capaz de llevarnos por caminos imposibles hasta ahora para el teatro, y un dibujo digital o una fotografía son capaces de juegos y expresiones que la pintura no puede, en cambio, el teatro y la pintura poseen ese embrujo de lo directo, del instante glorioso, como el embrujo del cantaor que te canta a ti y solo a ti. Y eso quizás no sea superior pero...¡qué lujo!.
© José Manuel Merello


La Nueva Cocina como Arte.
"Yo lo veo muy claro. Clarísimo. El Arte, con mayúsculas, es lo sublime mediante la técnica del hombre. Nada más. El Arte, para que así sea, implica silencio -un silencio latente en el caso de la Música-, y emoción. Se trata de sobrecoger al espectador hasta el punto de hacerle llorar con aquello: un llanto interno, callado, una corriente de intensa emoción que le recorra la sangre y la piel y le haga peligrar su semblante soberbio.
A mí me parece maravillosa la palabra artesanía. Mediante ella se clarifica todo este embrollo, o casi todo. ¿Porqué no aplicarla más a menudo para identificar muchas labores humanas sin más pretensiones? A mí me parece dignísima palabra, con un significado certero y humilde que da grandeza a tantísimas creaciones y oficios del hombre. Pero parece que no, parece que no es suficiente esta sencilla y perfecta palabra para muchos que quieren, ridícula y estúpidamente, subir de categoría a su oficio. Es una simple cuestión de vanidad, soberbia y falta de humildad. La única limitación que le veo a la palabra artesanía es que cierra el paso a toda evolución del oficio. Y hay oficios que aún estando en su edad de piedra encierran en sí mismos el germen de lo que quizá pueda llegar a ser algún día Arte; pienso en la Alta Costura y pienso en la Alta Cocina, por ejemplo.
Y siendo así, entonces, ¿qué ocurre con las creaciones del hombre que aspiran al rango de Arte? Pongamos por caso la Nueva Cocina, que acaba de hacer acto de presencia en Bienales y cotos exclusivos hasta hoy para el Arte y que se pretende introducir ya en museos. ¿Es Arte la Cocina? Pues está tan claro y transparente como el agua que no lo es. No es Arte la Cocina. Pero cuidado, esto es así hoy, en esta época. La Cocina está en un estadio muy primitivo de la "Arteidad" (perdón por el palabro), nivel tan primitivo que no es ni por asomo Arte. Lo podríamos comparar con Altamira o menos aún (el arte primitivo todavía no era Arte en su máximo nivel, por más que muchos se empeñen). La Cocina sería, hoy, como los primeros trazos para la Pintura del hombre primitivo en la arena o en las paredes de las cuevas. O los garabatos de un niño. Nada más. Y que nadie se ofenda por esto, ya que la mayoría de los pintores, músicos o escritores tampoco hacen Arte e incluso están en un nivel evolutivo de creación inferior al de muchos cocineros o deportistas.
Pero hay que ser cautos y tener elasticidad mental (creatividad al fin y al cabo) y otorgarle el beneficio de la duda a la Cocina...del futuro. Y la cosa es tan simple como seguir el viaje común a todos los sentidos humanos, su evolución natural desde su estadio más primitivo hasta el alba del Arte. Podría ser más o menos así: supervivencia, sexo y guerra, pasión, diversión y entretenimiento, emoción, y finalmente el sobrecogimiento y lo sublime.
La Cocina (y el Deporte, y la Alta Costura, y los vinos, y tantos otros aspirantes a ser denominados Arte) estarían en el estadio evolutivo de la pasión o de la diversión, que no es poco ni despreciable, nada más lejos; un estado estomacal, sexual, sanguíneo, de pelea o fraternidad, cachondeo y quitapenas. Nivel delicioso y maravilloso sin duda, pero muy lejos aún de los estadios más avanzados para el espíritu humano: la emoción, el sobrecogimiento y lo sublime mediante la técnica más compleja. Y para llegar hasta ahí la cosa va para largo, tal vez décadas, quizás siglos aún, pero no me cabe duda de que se llegará. Llegarán a ser Arte. Arte en silencio.
Así que no hay más que hablar. El tema para mí está zanjado. Disfrutemos como enanos y reyes de la maravillosa Cocina actual o de siempre, que se premie con los más prestigiosos galardones a los mejores cocineros y deportistas, que se escriban suntuosos libros sobre su labor y su historia, y cojamos un etílico punto que nos transporte a un lugar dicharachero y placentero con el mejor de los vinos mientras nos entregamos a los placeres de la carne mediante el Kamasutra si se quiere (o se puede)...pero por favor, abstengámonos de llamarlo Arte. De momento."
 © José Manuel Merello


SURREALISMO Y EFECTO DALÌ-MAGRITTE.
¿Que mi pintura no es surrealista? Desde el momento en que un jarrón no se posa sobre una mesa sino que gravita, o que el sombrero que le coloco a una mujer es un sol en el ocaso, estoy haciendo surrealismo. Mejor o peor, pero surrealismo. Qué aburrimiento y qué monserga con que la pintura surrealista tiene que ser chiclosa, lamiosa, con degradados siempre blandos y trucos de prestidigitador que esconde culos en manzanas o atraviesa a sus mujeres con vaporosos velos de sirena y destellos nucleares de planetas sinfónicos. No, el peso de Salvador Dalì y de René Magritte, entre otros, es demasiado poderoso entre muchos pintores lacios que no supieron ni saben entenderlos y que abusan de su legado distorsionándolo y debilitándolo, convirtiendo una forma de hacer surrealismo en obligada técnica. A veces soy surrealista, pero también soy expresionista, y me apunto al popart si se me tercia en alguna esquina del cuadro. Puedo pintar un cuadro surrealista sin por ello abandonar mi técnica ni mi factura expresionista, o puedo ser pop con colores ásperos y sin repeticiones manidas de marylines y meninas velazqueñas de medio pelo: hago lo que me da la gana. Hoy la pintura es un poderoso legado heredado de siglos, libre y abierto, y de él cada pintor coge cuanto gusta y necesita. Sin fundamentalismos técnicos.
Abajo las dictaduras de lo planetario y lo fantástico, de lo monstruoso, lo minimal radical, del popart siempre sopero y fosforito, y abajo el hiperrealismo de eterna vía de tren y el impresionismo de toque suelto por narices. Menos mal que de cuando en cuando aparece un pintor de la talla de Edward Hopper, por ejemplo, y limpia toda la pintura y su técnica de tanta mediocridad y pretensiones, hasta dejarla desnuda y cristalina, en su más pura esencia y actualidad, al más puro estilo Alfred Hitchcock. Y libre.  © José Manuel Merello


PINTURA CÓMODA, FÁCIL Y OPORTUNISTA. PINTURA MALA.
Para los que no saben leer, o sacan los cosas de contexto, vaya por delante que pienso que cada cual es muy libre de pintar y exponer lo que le venga en gana. Pintores y galerías. Con lo que escribo a continuación solamente quiero dejar constancia de mi tristeza ante la invasión de pintura fácil y de ese nuevo decorativismo cómodo y enmascarado de modernidad que está convirtiendo el mundo del arte en parques temáticos donde la calidad y autenticidad brillan por su ausencia.:
-No me gustan los pintores de Marylines ni de Meninas. Ni de Obamas ni de Budas. No hay ni uno que pinte medianamente bien. Si veo una Menina actual o una Marylin tiemblo, porque sé, sin atisbo de duda, que su autor es torpe y lo que es peor; o no se ha dado cuenta de su torpeza o es un oportunista.
-Aborrezco tanto cuadro de Nueva York, triste, de oscuros grises y marrónes bituminosos. Nuevayores que se clonan y se reproducen con una especie de "antoniolopismo" mal entendido que da pena (cuando Antonio López pintó su "Gran Vía" Madrid era tal como su talento la describió: un Madrid gris, contaminado y de color ceniza. Actualmente la ciudad ya no es así y el pintor, fiel a sí mismo y de ojo certero, la pinta como es ahora; basta con observar su cuadro "Madrid desde Vallecas", perfecto reflejo del estado real de la urbe: sin concesiones, con sus adosados pulcros y su burbuja inmobiliaria retratadas para siempre). Qué distinto compromiso que el de aquellos oportunistas que se empecinan en seguir viéndolo todo nublado, deprimido, con un Nueva York amargado y bajo el yugo del gris opresor. Es el sorollismo actual, como aquel que se cargó a Sorolla y lo condenó a pintor fallero gracias a la tropelía de pintores, malos a rabiar, que lo interpretaron y edulcoraron hasta convertir su poderoso legado en zumo de naranja batido en almíbar.
-Detesto a los pintores sin recursos y débiles de factura que recurren al collage, lánguido y manido -y a la tipografía y los transfers-, para tapar sus vergüenzas y sus carencias. El collage, maravilloso descubrimiento técnico donde los haya, debe ser breve, transversal y sucio; surgido de la entraña orgánica de la pintura cuando ésta lo exige. Y no un simple añadido decorativo.
-No me gustan los coloristas, intensos porque sí, que no entienden que el color, por fuerte que sea, es como una bestia a la hay que saber templar y coordinar con especial cuidado para que tenga gracia, elegancia y categoría. El buen color, aun el más fuerte y contrastado, es manso en su bravura y no molesta al ojo.
-Igualmente abomino de los coloristas amables, empalagados de celestes, rosas, azules bebé y grises pastelosos que no quieren molestar a nadie sino tan solo encajar bien sobre el eterno sofá del pobre cliente que nada entiende. Eso sí, con algo de collage suavito y algunas letras de diario para darle un toque moderno. Y todo a cuatro duros.
-Me hacen llorar los cuadros construidos a base de fotografías gigantes -vintage a ser posible-, cuatro bandas de color, unos manuscritos viejos pegados, y, cómo no, unas letras o un texto enormes que apañen el conjunto.
 Ay, me temo que el mercadeo a bajo precio y el estilo del tipo "cuadro oportuno, barato, moderno y decorativo, para hotel o sofá de salón", de las grandes multinacionales del mueble asequible, se está instalando sin remedio en muchas galerías de arte.
¿Será ésta la definitiva muerte de la pintura?
"© José Manuel Merello

ARTE Y ALQUIMIA.
"EN EL ESTUDIO, ALQUIMIA DEL ARTE: Aceites de linaza espesados al sol, Stand Oil, de adormideras, de nueces. Resinas de Dammar, de Almaciga, Cetónicas, Alquidicas...Mediums, Aceite Negro, Aceite cocido ...Pigmentos de Cadmio, Quinacridonas, Cobaltos, Tierras naturales, Carbón, Pftalocianinas... Ceras, de abeja, parafinas, blanqueadas y purificadas... Trementina, White Spirit, Gesso, Carbonatos de Calcio....Emulsiones de huevo, Temples, Emulsiones acrílicas, Acetatos de Polivinilo, Toluenos, Geles, Secantes, Espesantes, Celulosas...
Y notas, anotaciones de procesos, de tiempos, de humedad, de temperatura. Conclusiones, reflexiones, dudas, certezas, pruebas descartadas, Eurekas...
La Pintura se sustenta en la técnica y ésta en el material. LA PINTURA ES ALQUIMIA !!"     © José Manuel Merello.)

 
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