►OBRA ANTERIOR (2002-2005)
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- Jose Manuel Merello. Pintura Española Moderna. Pintores de España.-
PINTURA ESPAÑOLA. Arte Pintura Contemporánea.
Mujer de Abril 130x-97 cm)
MERELLO
Pintura-moderna-española-contemporanea.
José Manuel Merello.- "África." (60 x 50 cm)
Técnica mixta sobre tabla
PINTURA MODERNA. ESCUELA ESPAÑOLA.
Jose Manuel Merello.-Aurora Boreal
PINTURA MODERNA. ESCUELA
ESPAÑOLA.
Jose Manuel Merello.-Impasto,
Expresion, Caracter.
"Pintura moderna, pintura contemporánea, del siglo XXI...Arte actual contemporáneo. Lo último en ARTE. Ultimas tendencias, arte de vanguardia, arte en el nuevo milenio. MODERNIDAD, ACTUALIDAD, VANGUARDIA, ¿Dónde queda el remanso, el tiempo tranquilo, la luz quieta de Vermeer y la mirada franca y directa, atravesada de siglos, de Velázquez? Ansío un arte nuevo que nos devuelva el equilibrio. Un arte fresco, vital, moderno, pero con el pasado en sus entrañas, con el discurrir de las aguas cristalinas sobre el lecho de su río primigenio..."© Jose Manuel Merello (2021)
Pintura-moderna-espanola-contemporanea-
Jose Manuel Merello.-
"Pepita de Oro."
Pintura-moderna-española-contemporanea.
José Manuel Merello.-
"Niño de la Malvarrosa." (40 x 30 cm) Mixta sobre tabla
"El caballete actual donde se cocina cada obra de la pintura moderna -la pintura de nuestro tiempo que abarca todo el siglo XX y el XXI-, sustenta la actividad frenética, casi portuaria, de un mundo moderno donde para bien o para mal todo vale. Entre la infinidad de propuestas que abruman el juicio sereno la calidad debiera tener la última palabra. Ciertamente todo es posible, todo es pintura, pero ese caballete milenario que soporta callada y estoicamente todo el arte pictórico hecho hasta hoy sigue siendo el mismo, y la pintura sigue siendo pintura, y la superficie donde ésta se extiende es, todavía, un simple plano. Todo lo demás es anecdótico y cambiante, eterno o fugaz, pero nunca tendría que ofuscar lo verdaderamente importante y por lo que nunca pasa el tiempo: LA CALIDAD PLÁSTICA DE LA OBRA." © Jose Manuel Merello (2021)
Arte Pintura Moderna Española. Retrato Español Contemporáneo-Merello - Mujer en la Noche (81x130 cm) Mixta-Lienzo.
Arte Pintura Contemporánea Española. Retrato Español Contemporáneo. Merello. EL Sastre de Van Gogh. (92x73 cm)
Expresionismo. Pintores Artistas Actuales. Artistas Contemporáneos
Expresionistas. Luz del Mediterráneo. Pintura Moderna Española. Retrato Español
Contemporáneo.
"La
Historia del Arte es la historia emocional y espiritual del hombre. Es un recuento de sus sentimientos más
sublimes materializados en creaciones que traspasan el tiempo. Altamira y Lascaux son ejemplos primitivos de este afán del hombre por expresar sus
emociones. Yo no creo que haya ninguna época artística
superior a otra en cuanto al impulso inicial de dejar
constancia material de una emoción o un placer
espiritual; en cambio si creo
que hay etapas del arte que son superiores unas de otras
a partir del momento en que el ser humano progresa en su
técnica. Así como el progreso científico va en línea
siempre ascendente, el progreso artístico, que necesita de la
tecnología para poder avanzar, crece en una línea
ascendente aunque discontinua porque depende de al menos dos parámetros para
ello: la técnica y la emoción espiritual. El arte no es un
sentimiento; el arte es su plasmación, la encarnación,
el sentimiento esculpido, escrito, materializado,
mediante la habilidad técnica. El hombre primitivo no
tenía más que unas mínimas herramientas para expresarse
y por eso su arte es más básico que, por ejemplo, el
Arte Barroco. El problema radica en que técnica y emoción no
crecen siempre paralelas y quizás así, a veces, podamos
encontrar etapas del arte que con una técnica inferior
poseen un impulso emotivo y espiritual mucho más intenso y puro que
otras, donde con más medios, el arte se debilita porque
el alma del hombre está más enranciada, reprimida o
manipulada. Si el espíritu del hombre pasa por una
época sublime y libre, y le acompaña una tecnología
superior, entonces estaremos hablando sin ninguna duda
de una Edad de Oro del Arte." José
Manuel Merello.
Arte Contemporáneo.
Arte Moderno. Pintor Español, Pintores Españoles Contemporáneos, Pintura
Moderna Española. Pintura Expresionista. Artistas Espanoles. Arte Contemporáneo
de
España. Pop art. Fovismo. Fovistas. Impresionismo. Expresionismo.
Pintores Expresionistas. aRTISTAS ESPAÑOLES. Arte Moderno.
PINTURA ESPAÑOLA
CONTACTO
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Pintura-moderna-española-contemporanea.
José Manuel Merello.-
"Primavera Mediterránea." (81 x 100 cm) Mixta-Lienzo
Merello.- Pintura Moderna Española. El saludo del jinete español.
92x73cm.
Arte Moderno y Contemporáneo Español. Pintores de España. Pintura Española Moderna. Pintura Expresionista.
Pintura
Contemporánea . Merello.- "Mujer y Florero. El
Sueño" (81x100 cm) mixta-lienzo
Arte Pintura
Moderna Española. Retrato Español Contemporáneo
Ultima actualización → jueves, 19 de enero de 2023
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© José Manuel Merello Arvilla
Expresionismo.
Arte Moderno y Contemporáneo. Pintura Moderna Expresionista.
Pintura Contemporánea Española. Artistas Contemporáneos. Expresionistas
Modernos.
"Un buen dibujo no desmerece en nada a una buena pintura. Es más, bajo todo cuadro subyace necesariamente un dibujo que lo sustenta, un esqueleto que lo arma y lo vertebra. Todos los cuadros que carecen de esta base se desmoronan y resultan flácidos. Una garantía de calidad en pintura es un buen dibujo. La cuestión fundamental es qué cosa entendemos por un buen dibujo...pero esto es otra historia"
"Todo el mundo se pregunta qué cosa es el arte. Yo pienso que el arte es toda aquella creación humana que consigue elevar el espíritu a un plano superior de emoción y sobrecogimiento."
"...ser pintor, escritor, escultor o músico no otorga ningún rango por encima de cualquier otra profesión. Existen, por supuesto, infinidad de dedicaciones y labores que llevadas al extremo de su perfección superan indudablemente a la mayoría de las obras de los que se dedican al arte. Un maravilloso artesano creador de mantones de Manila puede llegar más lejos que un mediocre escultor, su trabajo puede ser muy superior. O un gran futbolista puede provocar mayores pasiones que la mayoría de nosotros, los pintores. Ser "artista" no es un seguro de nada. Pero si nace un genio seguro que solo nace para las grandes artes además de para la ciencia, la filosofía o la política. No podemos comparar la Capilla Sixtina de Miguel Angel o la Ley de la Gravitación Universal de Newton con el mejor de los goles del mundo. El Arte con mayúsculas es fácil de detectar; su luz continúa brillando a través del tiempo."
"La enfermedad visual de Domenico."
"Siempre se ha dicho que El Greco tenía una
enfermedad en la vista y que por eso pintaba las
figuras alargadas. Yo creo que esto es falso y
ridículo. Es muy fácil deducir que si yo veo una
manzana y tengo una enfermedad visual que me hace
percibirla alargada, de la misma manera la
proyectaría alargada en el cuadro y un espectador
con la vista sana la "desproyectaría" a su vez y la
percibiría en su tamaño real. Si no, si El Greco
pintase, como dicen, la manzana más alargada, su
visión enferma la alargaría aún más al verla en el
cuadro ya terminada, y, suponiendo que no era
precisamente tonto, trataría de corregirla con lo
cual su manzana alargada volvería a ser normal para
cualquier espectador, incluido él mismo.
De igual manera, si yo confundo los colores en mi
paleta y veo el rojo verde y el verde rojo, y quiero
pintar un prado verde con una amapola roja, como
resulta que tengo la vista equivocada me parecerá de
un esplendido rojo el prado y verde su amapola, de
forma que iré a buscar en mi paleta ese rojo, y,
nuevamente, por mi enfermedad, me equivocaré y me
parecerá que la pintura verde es de un rojo
espléndido para el prado y así, inevitablemente, el
cuadro acabará teniendo los colores correctos para
cualquier espectador de vista normal.
El Greco poseía una maravillosa creatividad
adelantadísima en el tiempo y un sentimiento
ascético muy marcado que lo llevó a pintar esas
formas alargadas para potenciar un sentimiento
espiritual ascendente en el espectador, como ocurre
con las catedrales góticas. Todas sus composiciones
(salvo algunas, y en su descargo) las pinta en
cuadros alargados, y no me lo imagino encargando un
lienzo y un bastidor de tal o cual tamaño y
protestando al pobre tendero toledano que porqué
narices son tan chatos últimamente los bastidores de
dos metros. En fin, espero que en un futuro no se
diga que Picasso tenía una enfermedad visual que le
hacía ver un ojo por aquí y el otro por allá, pero
no las tengo todas conmigo."
"El
dibujo no queda definido por la línea, ni la pintura
queda definida por el color. La pintura todavía se
salva, y esto es en parte lo que la define
actualmente, de poder ser asimilada y comprendida a
través de un monitor o una fotografía. En cambio el
dibujo sí que es asimilable por estos medios; a mí,
fetichismos aparte, me da igual tener un dibujo
original de quien sea que una fotografía o un póster
idéntico de él. Es la misma cosa y el dibujo se
puede disfrutar idénticamente, al igual que pasa con
leer un buen libro en una edición u otra, o ver la
misma fotografía revelada por segunda o décima vez.
Cuando no está en juego ni el fetichismo ni la
plasticidad, todos estos soportes nos llevan a la
grandeza -o miseria- de la obra. Pero en pintura
siempre está en juego la plasticidad, lo plástico,
lo mórbido, la opacidad o la transparencia, la
superficie brillante o mate...cualidades estas
imposibles de transmitir mediante un monitor de
ordenador, un televisor, o un póster. Lo digital,
lejos de arruinar las artes, lo que hace es
evidenciar lo que de singular tienen estas, y la
pintura se lleva la palma porque hoy por hoy es
imposible disfrutar completamente de Las Meninas en
una imagen, imposible sentir la poderosa sensación
de vacío de la estancia donde pinta Velázquez,
imposible percibir la cáscara nacarada de la capa
pictórica del cuadro, inútil girarse y verla de lado
para poder sentir las delicadas protuberancias y
estrías de la pintura del genio. Y no digamos nada
de cuadros de Tàpies, o de Lucian Freud, o de Jasper
Johns...El color y la disposición de las formas nos
pueden sugerir mucho, desdeluego, pero se quedan
lejos, no bastan para expresar la plasticidad del
cuadro. Esto es la Pintura."
De la misma manera y por todo esto, existe la
pintura sin color y de solamente línea y
plasticidad, y existe el dibujo con toda la
saturación imaginable del color y sin líneas. ¿Es
entonces peor en jerarquía el dibujo que la pintura?
No. Yo pienso que nada es un estorbo y que todo son
avances. El ordenador y los programas informáticos
de pintura y dibujo son nuevos lápices y pinceles
que añadir a los ya existentes para poder trabajar.
Ayudan, son más material, más medios para el pintor.
Pero ojo, mientras no se invente la plasticidad
digital, o como se fuera a llamar, que se olviden de
querer vender cuadros mediante fotografías y que se
olviden de que queramos visitar un museo online.
Podemos llevarnos una idea tan solo, una
aproximación del asunto, pero el latido fetichista
se queda en el museo junto con el pálpito de lo que
es único y no admite copia."
A la pintura le ocurre algo similar que al teatro
con el cine. El cine es un arte con mayúsculas, un
nuevo formato conquistado por las musas para llevar
el espíritu del ser humano hasta lo sublime; es tan
fuerte e intenso como cualquiera de las grandes
artes. Pero aún siendo así, lo que lo diferencia del
teatro y de las artes escénicas (danza, mímica,
toreo etc) es ese algo que precisamente define al
teatro: Lo directo, la tridimensionalidad que
envuelve al espectador en un momento único, en una
actuación única, irrepetible, el olor preciso, el
grito y la modulación exacta pero diferente en cada
escenificación, la visión real del actor, el
fetichismo de su presencia y de la presencia
dramática del sentimiento del dramaturgo...todo es
asombrosamente parecido a los huecos de una pintura,
a su aparición diferente en cada instante, a su
dependencia del tiempo siendo distinta según éste la
va modelando con sus humedades, sus grietas, sus
decoloraciones. El teatro está vivo y la pintura
está viva.
Pero ¿significa esto que un cuadro es superior al
arte fotográfico o a un póster de un buen dibujo? y,
¿es superior por lo mismo el teatro al cine? Yo
pienso que quizás no lo sean, pero si el cine es
capaz de llevarnos por caminos imposibles hasta
ahora para el teatro, y un dibujo digital o una
fotografía son capaces de juegos y expresiones que
la pintura no puede, en cambio, el teatro y la
pintura poseen ese embrujo de lo directo, del
instante glorioso, como el embrujo del cantaor que
te canta a ti y solo a ti. Y eso quizás no sea
superior pero...¡qué lujo!
Sorolla. Fulgor y Teología del Blanco.
Hoy
día parece poco moderno hablar de Joaquín Sorolla,
el gran pintor valenciano, pero yo siempre me he
resistido a ver en él a un pintor anticuado,
impresionista, luminista y poco más. Nada más lejos;
Sorolla es uno de los grandes, un titán, un coloso
de la pintura. Yo tal vez no lo equipararía a un
Velázquez ni a un Picasso, que eso sería muy
atrevido, pero sí que lo veo a la altura de un
Cezanne o de un Manet. Bien es cierto que la obra
del valenciano es muy desigual en cuanto a calidad y
está pagando desde hace décadas por esta
discontinuidad de tal manera que muy poca gente sabe
rescatar de entre su pintura aquellos lienzos que lo
catapultan hacia el Olimpo: los lienzos blancos de
Sorolla. No sé si alguna vez se han llamado de esta
manera, ni siquiera si es del todo exacto, pero yo
lo siento así. Los críticos de su arte, los que le
denigran y le condenan lo hacen sobre la base de un
supuesto "colorido" fallero y de pastelería que en
verdad no existe en su pintura. Toda la vida me la
he pasado yendo a su casa museo, en la calle
Martínez Campos de Madrid. He ido desde pequeño, una
y otra vez, y siempre salía espoleado por el
poderoso y abrumador dominio no solo del dibujo y de
la factura, de la gracia y el talento, sino
sobretodo por la categoría y la clase de su color y
en concreto de las sutilísimas armonías de los
blancos; maravillosas modulaciones imposibles de
encontrar en casi ningún pintor. Sorolla no es
colorista. Basta con acercarse a su museo para ver
como el color desaparece y todo se asienta sobre
unos pardos y grises delicadísimos que se encienden
y se colorean de forma magistral por la presencia
exacta y mítica del blanco. Cualquier pintor conoce
la extrema dificultad del manejo de este color, un
color que aprendemos que es la suma de todos los
colores, un color que vuelve harinoso por mezcla a
cualquier otro, un color incómodo, que no admite
errores, que realza cualquier desacierto en el
resto, un color que se ensucia a la mínima porque se
mueve en una estrechísima franja tonal, que obliga a
retirar del cuadro toda nota excesiva...¡Ah!, pero
qué manejo y qué dominio el del español con este
color terrible, qué brutal control. En él los
blancos siempre son blancos y aquí radica la
dificultad, el blanco es absolutamente blanco -aun
sin serlo, porque efectivamente son grises- tanto en
las sombras como en las luces más acusadas: siempre
el blanco, el fulgor del blanco. No sé de pintor
alguno que domine este arte de igual manera que él,
el arte del blanco. Todos los impresionistas, todo
el barroco, todo el fauvismo, todo el naturalismo
que conozco nunca supo controlar estas modulaciones
hasta el grado en que lo consiguió Sorolla. Si
alguien quiere saber del blanco, si se quiere
entender el funcionamiento de este color
escurridizo, si tan solo quiere darse un pelotazo de
blanco, entonces que vaya a ver a Sorolla. Pero hay
más, los blancos de Sorolla son de una modernidad
pasmosa, están secando con una riqueza y una costra
en su capa que van a llevar en volandas la obra del
maestro a lo más alto de la modernidad. Qué pena que
nos quedemos observando solo su discurso del mar, su
tan cacareado costumbrismo, la pesada conferencia
que nos llevan imponiendo sobre su luminismo, su
levantismo, su regionalismo. Sorolla está mucho más
lejos que todo eso, a medida que avanzaba su carrera
fue imponiendo mayores masas blancas en sus
pinturas, quitando mar, quitando sol -es un decir-, y poniendo
blanco. En el final de su vida pintó prodigiosos
lienzos -que aparte de ser lecciones magistrales de
dibujo, retrato, paisaje y técnica- son autenticas
sinfonías casi abstractas de blancos y verdes, de
blancos y malvas. Los cuadros de jardines que
podemos ver en su casa son insuperables; aquí
compiten los blancos de cal y sal, con los blancos
nacarados refinadísimos de Velázquez y aquellos
otros blancos contemporáneos, rupestres y de
arpillera, del gran Manolo Millares.
No conozco el enorme cuadro "Cosiendo la vela" pero
me atrevo a pensar que es el mayor homenaje que
pintor alguno ha hecho sobre este color: una vasta
extensión blanca que ocupa casi todo el cuadro, una
enmarañada vela blanquísima desparramada de tal
manera que aun sin verlo me atrevo a decir que es la
teología del blanco.
Que nadie vaya buscando originalidad en Sorolla, ni
tampoco conceptos atrevidos, ni innovaciones para la
Historia del Arte. No, nada de esto encontrará. Tan
solo verá el fulgor total del blanco.
Huracanes, calle, presión y dibujo trivial consciente. El Gran Secreto.
"El
Gran Secreto...Si no fuese por todo lo que he dibujado al aire libre, en los
parques, calles y playas, cara a cara frente al mundo, hubiese sido
imposible adquirir toda la iconografía y toda la información de la que
dispongo para poder luego pintar. Cuando trabajo en la soledad del
estudio, mis cuadros, desbordantes de color, acudo a la memoria de lo visto
y dibujado en carne viva. No basta con salir fuera y mirar, -que también es
fundamental- sino que hay que salir y dibujar. Es decir, trabajar la mano,
el ojo y la mente con el lápiz y los colores allí mismo, inmerso en el mundo
de lo real, atento y vigilante. En ese estado, rodeado de gente culta e
ignorante, de ricos y pobres, de aduladores, avasalladores e impertinentes;
envuelto entre niños y abuelos, entre mujeres bellísimas y otras que no lo
son tanto; rodeado de perros y gatos, de nubes, estrellas y crepúsculos,
árboles, flores, mar y vida abundante, uno se encuentra presionado y exigido
de manera que la mente entra en estado de máxima alerta y concentración entrenándose de la manera más eficaz posible, para luego servirse de ella, generosa, en el estudio. No solo de los recuerdos me sirvo, no, sobretodo de ese estado de atención plena (mindfulness) que te devuelve información grabada a fuego. La tranquilidad del estudio debe ser el último paso. Nunca el primero. Manipulando una frase de García Lorca aquí se puede decir, en cierto modo, "que lo primero es ser hombre y lo segundo poeta". También Picasso dijo en una ocasión que "con los pintores habría que hacer como con los jilgueros, que les sacan los ojos para que canten mejor". Es una boutade salvaje, obviamente, pero con un profundo significado sobre la pereza y el conformismo creativo sin pasar primero por el látigo del dibujo y la observación bajo presión. En el mundo cómodo y dormido que vivimos en occidente a veces es obligado provocarse este látigo limpio (no se trata de masoquismo alguno), como hizo Turner al obligarse a vivir la furia de una tormenta en el mar atado al mástil de un navío y poder luego pintar, con pleno derecho y máximo conocimiento, sus famosos cuadros de tormentas y huracanes.
Provocar estas situaciones es una gimnasia necesaria para la mente de un pintor. En un documental sobre la película "Chico y Rita" de Trueba y Mariscal, me llamó la atención un dato que quizá pasara desapercibido para muchos. En un momento dado Fernando Trueba muestra los dibujos hechos del natural por el gran Javier Mariscal en La Habana y Nueva York años atrás. Fue solo un segundo y puedo estar muy equivocado, siendo la actitud y la finalidad de Mariscal con estos dibujos otra muy diferente (lo considero un gran artista, vaya por delante).
Pero algunos de estos trabajos -los que me llamaron poderosamente la atención- me parecieron dibujos sin valor
aparente, dibujos de alumno primerizo de arquitectura, descriptivos, torpes, sin la gracia y el arte de Mariscal -que dibuja como quiere-. Lo extraordinario, pienso, y lo que los hace tan interesantes es que estos dibujos son fruto de la asimilación de lo que el pintor está viendo: Mariscal está grabando información en su mente, no está pretendiendo hacer arte. Está, lisa y llanamente, trabajando bajo las bombas. Necesita "dibujarse" el objeto, edificio, persona, allí donde está para apoderarse de él. Con esa información, con ese músculo de lo visto y aprehendido en sus detalles puede posteriormente revivir La Habana y Nueva York en el estudio y manipularla distorsionándola a su antojo, pero solo porque su mano la conoce in situ y su ojo la ha vivido entre los alientos, calores, fríos, gritos e impertinencias, susurros, cambios de luz, de lo directo. De lo vivo. Y así es, ha vivido la cosa y el entorno de la cosa inmerso en ellas y con el lápiz.
No importa la obra, es solo dibujar para "tomar nota", tomar conciencia plena, olvidándose de todo resultado. Inteligente pintor que sabe que hasta lo más conceptual y moderno tiene que ser primero despellejado allí donde se encuentre. Avasallado, destripado y asumido en su realidad. Tomado posesión de ello mediante el dibujo trivial consciente.
Por todo esto y por mucho mucho más yo siempre he necesitado dibujar personajes y paisajes en los lugares más llenos de vida. Aunque solo sea para ver y observar bajo presión, atento al asunto pero indiferente al resultado. Si se está plenamente atento se aprende más de lo malo que de lo bien hecho, se aprende más de los errores que de los aciertos. Esto solo es posible dibujando libre y de incógnito por el mundo. Es obvio que cada día me cuesta más, que algún día no podré permitírmelo porque dibujar niños, mujeres y personajes de todo tipo y condición, bajo una presión semejante, me provoca una ansiedad que ya no domino. Pero no importará. Ya soy orgulloso poseedor de mucho músculo acumulado, muchos gigas de información almacenada, atado al mástil, como Turner...mucho dibujo bueno, malo y trivial que se grabaron a fuego lento durante años otorgándome un equipaje mental que no tiene precio."
José Manuel Merello