Valencia en primavera.
|
|
MERELLO
Primavera
española
(81 x 100 cm)
Técnica mixta
sobre lienzo
Mujer
con corazones.
(100 x 81 cm)
Técnica mixta
sobre lienzo
Summertime Flowers (130 x 81
cm) Técnica mixta sobre lienzo
Spanish landscape
(84 x 100 cm)
Técnica mixta sobre lienzo
Bello de
luna.
(130 x 81 cm) Técnica mixta sobre lienzo
Arte Moderno, Artistas. Arte Español. (81x100 cm)
Técnica mixta sobre lienzo
Arte moderno.
Pintura española moderna.
Arte moderno.
Pintura española moderna.
Arte moderno y
contemporáneo. Arte español moderno. Inversión en arte actual. Artistas pintores españoles
contemporáneos.
Mujer y Florero. El Sueño.
ARTISTAS CONTEMPORÁNEOS ESPAÑOLES DE LA ACTUALIDAD
Cap d'or
(81 x 100 cm)
Técnica mixta sobre lienzo
WEB Optimizada para 1024 x 768
©
José Manuel Merello Arvilla
|
Cádiz Azul
Técnica mixta sobre lienzo
|
"Un buen dibujo no desmerece en nada a una buena pintura. Es más, bajo todo cuadro subyace necesariamente un dibujo que lo sustenta, un esqueleto que lo arma y lo vertebra. Todos los cuadros que carecen de esta base se desmoronan y resultan flácidos. Una garantía de calidad en pintura es un buen dibujo. La cuestión fundamental es qué cosa entendemos por un buen dibujo...pero esto es otra historia"
"Todo el mundo se pregunta qué cosa es el arte. Yo pienso que el arte es toda aquella creación humana que consigue elevar el espíritu a un plano superior de emoción y sobrecogimiento."
"...ser pintor, escritor, escultor o músico no otorga ningún rango por encima de cualquier otra profesión. Existen, por supuesto, infinidad de dedicaciones y labores que llevadas al extremo de su perfección superan indudablemente a la mayoría de las obras de los que se dedican al arte. Un maravilloso artesano creador de mantones de Manila puede llegar más lejos que un mediocre escultor, su trabajo puede ser muy superior. O un gran futbolista puede provocar mayores pasiones que la mayoría de nosotros, los pintores. Ser "artista" no es un seguro de nada. Pero si nace un genio seguro que solo nace para las grandes artes además de para la ciencia, la filosofía o la política. No podemos comparar la Capilla Sixtina de Miguel Angel o la Ley de la Gravitación Universal de Newton con el mejor de los goles del mundo. El Arte con mayúsculas es fácil de detectar; su luz continúa brillando a través del tiempo."
"La pintura española mantiene a lo largo de los siglos una mirada serena y melancólica: trágica pero nunca violenta. No existe pintura española violenta. Ni aún el más fiero Goya ni el más horrorizado Picasso perdieron jamás la compostura y la clase con sus pinceles."
"La Historia del Arte es la historia emocional y espiritual del hombre. Es un recuento de sus sentimientos más sublimes materializados en creaciones que traspasan el tiempo. Altamira y Lascaux son ejemplos primitivos de este afán del hombre por expresar sus emociones. Yo no creo que haya ninguna época artística superior a otra en cuanto al impulso inicial de dejar constancia material de una emoción o un placer espiritual; en cambio sí creo que hay etapas del arte que son superiores unas de otras a partir del momento en que el ser humano progresa en su técnica. Así como el progreso científico va en línea siempre ascendente, el progreso artístico, que necesita de la tecnología para poder avanzar, crece en una línea ascendente aunque discontinua porque depende de al menos dos parámetros para ello: la técnica y la emoción espiritual. El arte no es solo un sentimiento; el arte es su plasmación, la encarnación, el sentimiento esculpido, escrito, materializado, mediante la habilidad técnica. El hombre primitivo no tenía más que unas mínimas herramientas para expresarse y por eso su arte es más básico que, por ejemplo, el Arte Barroco. El problema radica en que técnica y emoción no crecen siempre paralelas y quizás así, a veces, podamos encontrar etapas del arte que con una técnica inferior posean un impulso emotivo y espiritual mucho más intenso y puro que otras en las cuales, con más medios, el arte se debilita porque el alma del hombre está más enranciada, reprimida o manipulada. Si el espíritu del hombre pasa por una época sublime y libre, y le acompaña una tecnología superior, entonces estaremos hablando sin ninguna duda de una Edad de Oro del Arte."
Sorolla. Fulgor y Teología del Blanco.
Hoy día parece poco
moderno hablar de Joaquín Sorolla, el gran pintor valenciano, pero yo
siempre me he resistido a ver en él a un pintor anticuado,
impresionista, luminista y poco más. Nada más lejos; Sorolla es uno de
los grandes, un titán, un coloso de la pintura. Yo tal vez no lo
equipararía a un Velázquez ni a un Picasso, que eso sería muy atrevido,
pero sí que lo veo a la altura de un Cezanne o de un Manet. Bien es
cierto que la obra del valenciano es muy desigual en cuanto a calidad y
está pagando desde hace décadas por esta discontinuidad de tal manera
que muy poca gente sabe rescatar de entre su pintura aquellos lienzos
que lo catapultan hacia el Olimpo: los lienzos blancos de Sorolla. No sé
si alguna vez se han llamado de esta manera, ni siquiera si es del todo
exacto, pero yo lo siento así. Los críticos de su arte, los que le
denigran y le condenan lo hacen sobre la base de un supuesto "colorido"
fallero y de pastelería que en verdad no existe en su pintura. Toda la
vida me la he pasado yendo a su casa museo, en la calle Martínez Campos
de Madrid. He ido desde pequeño, una y otra vez, y siempre salía
espoleado por el poderoso y abrumador dominio no solo del dibujo y de la
factura, de la gracia y el talento, sino sobretodo por la categoría y la
clase de su color y en concreto de las sutilísimas armonías de los
blancos; maravillosas modulaciones imposibles de encontrar en casi
ningún pintor. Sorolla no es colorista. Basta con acercarse a su museo
para ver como el color desaparece y todo se asienta sobre unos pardos y
grises delicadísimos que se encienden y se colorean de forma magistral
por la presencia exacta y mítica del blanco. Cualquier pintor conoce la
extrema dificultad del manejo de este color, un color que aprendemos que
es la suma de todos los colores, un color que vuelve harinoso por mezcla
a cualquier otro, un color incómodo, que no admite errores, que realza
cualquier desacierto en el resto, un color que se ensucia a la mínima
porque se mueve en una estrechísima franja tonal, que obliga a retirar
del cuadro toda nota excesiva...¡Ah!, pero qué manejo y qué dominio el
del español con este color terrible, qué brutal control. En él los
blancos siempre son blancos y aquí radica la dificultad, el blanco es
absolutamente blanco -aun sin serlo, porque efectivamente son grises-
tanto en las sombras como en las luces más acusadas: siempre el blanco,
el fulgor del blanco. No sé de pintor alguno que domine este arte de
igual manera que él, el arte del blanco. Todos los impresionistas, todo
el barroco, todo el fauvismo, todo el naturalismo que conozco nunca supo
controlar estas modulaciones hasta el grado en que lo consiguió Sorolla.
Si alguien quiere saber del blanco, si se quiere entender el
funcionamiento de este color escurridizo, si tan solo quiere darse un
pelotazo de blanco, entonces que vaya a ver a Sorolla. Pero hay más, los
blancos de Sorolla son de una modernidad pasmosa, están secando con una
riqueza y una costra en su capa que van a llevar en volandas la obra del
maestro a lo más alto de la modernidad. Qué pena que nos quedemos
observando solo su discurso del mar, su tan cacareado costumbrismo, la
pesada conferencia que nos llevan imponiendo sobre su luminismo, su
levantismo, su regionalismo. Sorolla está mucho más lejos que todo eso,
a medida que avanzaba su carrera fue imponiendo mayores masas blancas en
sus pinturas, quitando mar, quitando sol -es un decir-, y poniendo
blanco. En el final de su vida pintó prodigiosos lienzos -que aparte de
ser lecciones magistrales de dibujo, retrato, paisaje y técnica- son
autenticas sinfonías casi abstractas de blancos y verdes, de blancos y
malvas. Los cuadros de jardines que podemos ver en su casa son
insuperables; aquí compiten los blancos de cal y sal, con los blancos
nacarados refinadísimos de Velázquez y aquellos otros blancos
contemporáneos, rupestres y de arpillera, del gran Manolo Millares.
No conozco el enorme cuadro "Cosiendo la vela" pero me atrevo a pensar
que es el mayor homenaje que pintor alguno ha hecho sobre este color:
una vasta extensión blanca que ocupa casi todo el cuadro, una enmarañada
vela blanquísima desparramada de tal manera que aun sin verlo me atrevo
a decir que es la teología del blanco.
PINTURA CÓMODA, FÁCIL Y
OPORTUNISTA. PINTURA MALA.
Para los que no saben leer, o sacan los cosas de contexto, vaya por delante que pienso que cada cual es muy libre de pintar y exponer lo que le venga en gana. Pintores y galerías. Con lo que escribo a continuación solamente quiero dejar constancia de mi tristeza ante la invasión de pintura fácil y de ese nuevo decorativismo cómodo y enmascarado de modernidad que está convirtiendo el mundo del arte en parques temáticos donde la calidad y autenticidad brillan por su ausencia.:
-No me gustan los pintores de Marylines ni de Meninas. Ni de Obamas ni de Budas. No hay ni uno que pinte medianamente bien. Si veo una Menina actual o una Marylin tiemblo, porque sé, sin atisbo de duda, que su autor es torpe y lo que es peor; o no se ha dado cuenta de su torpeza o es un oportunista.
-Aborrezco tanto cuadro de Nueva York, triste, de oscuros grises y marrónes bituminosos. Nuevayores que se clonan y se reproducen con una especie de "antoniolopismo" mal entendido que da pena (cuando Antonio López pintó su "Gran Vía" Madrid era tal como su talento la describió: un Madrid gris, contaminado y de color ceniza. Actualmente la ciudad ya no es así y el pintor, fiel a sí mismo y de ojo certero, la pinta como es ahora; basta con observar su cuadro "Madrid desde Vallecas", perfecto reflejo del estado real de la urbe: sin concesiones, con sus adosados pulcros y su burbuja inmobiliaria retratadas para siempre). Qué distinto compromiso que el de aquellos oportunistas que se empecinan en seguir viéndolo todo nublado, deprimido, con un Nueva York amargado y bajo el yugo del gris opresor. Es el sorollismo actual, como aquel que se cargó a Sorolla y lo condenó a pintor fallero gracias a la tropelía de pintores, malos a rabiar, que lo interpretaron y edulcoraron hasta convertir su poderoso legado en zumo de naranja batido en almíbar.
-Detesto a los pintores sin recursos y débiles de factura que recurren al collage, lánguido y manido -y a la tipografía y los transfers-, para tapar sus vergüenzas y sus carencias. El collage, maravilloso descubrimiento técnico donde los haya, debe ser breve, transversal y sucio; surgido de la entraña orgánica de la pintura cuando ésta lo exige. Y no un simple añadido decorativo.
-No me gustan los coloristas, intensos porque sí, que no entienden que el color, por fuerte que sea, es como una bestia a la hay que saber templar y coordinar con especial cuidado para que tenga gracia, elegancia y categoría. El buen color, aun el más fuerte y contrastado, es manso en su bravura y no molesta al ojo.
-Igualmente abomino de los coloristas amables, empalagados de celestes, rosas, azules bebé y grises pastelosos que no quieren molestar a nadie sino tan solo encajar bien sobre el eterno sofá del pobre cliente que nada entiende. Eso sí, con algo de collage suavito y algunas letras de diario para darle un toque moderno. Y todo a cuatro duros.
-Me hacen llorar los cuadros construidos a base de fotografías gigantes -vintage a ser posible-, cuatro bandas de color, unos manuscritos viejos pegados, y, cómo no, unas letras o un texto enormes que apañen el conjunto.
Ay, me temo que el mercadeo a bajo precio y el estilo del tipo "cuadro oportuno, barato, moderno y decorativo, para hotel o sofá de salón", de las grandes multinacionales del mueble asequible, se está instalando sin remedio en muchas galerías de arte.
¿Será ésta la definitiva muerte de la pintura?
PINTORES ESPAÑOLES. PINTORES DEL MUNDO.
La pintura española actual camina con un pie puesto en el siglo XX y otro en el XXI que aún está por determinar. La primera década de este nuevo siglo, como era previsible, no ha cambiado el aire ni ha aportado nada nuevo en el panorama del arte español (ni mundial). Ni para bien ni para mal. Simplemente continúa con inercia lo andado básicamente desde el Pop y el Expresionismo americano, el Minimalismo y cierto Hiperrealismo. Y en mi opinión está bien que así sea, porque la medida del tiempo nos demuestra que el ritmo frenético de innovar a toda costa es algo que pudre el natural curso del arte y en particular de la pintura. Visto con perspectiva se continúa pintando como en siglos anteriores: el soporte sigue siendo una superficie plana, generalmente rectangular, colgada de la pared a la altura de los ojos del espectador; los medios pictóricos son casi los mismos: óleo, acrílico, tierras, polvos de mármol, pigmentos...las herramientas muy similares si no idénticas: pinceles, brochas, espátulas, sprays y poco más. El cometido, la finalidad de la pintura, a partir del siglo XVII es la misma, solo actualmente enriquecida por un nuevo concepto de arte como valor intrínseco en sí mismo, sin mensaje, y también por el uso de la pintura como arma de crítica social. Así pues, dentro de mil años, todos nosotros, los pintores del mundo y los pintores españoles de hoy, seremos casi indistinguibles de los pintores de siempre. Solamente un cambio de paradigma radical, que hoy no podemos ni atisbar, podría ser un punto de inflexión que marcase un arte nuevo. Y por eso creo que los pintores no deben insistir en encontrar algo completamente inusitado y revolucionario cada día. Es realmente estúpida esa pretensión, vanidosa y egocéntrica, de creer que tu edad contemporánea es la única edad contemporánea que ha existido, o la más importante de todas ellas. Y no. Tal vez lo sea para ti como sujeto presente que está vivo, pero en términos históricos todo momento fue contemporáneo mientras transcurrió, todo artista estaba viviendo en la más absoluta modernidad, en el más completo presente imaginable ("Hoy es siempre todavía" ANTONIO MACHADO). Tan solo el genio puede marcar diferentes tendencias que aun así, desde el momento en que las integra y son engullidas por su realidad presente no lograrán salirse del perímetro infinito que dibuja la circunferencia casi perfecta de la pintura de todos los tiempos, que caracolea en un bucle casi cerrado que lejos de limitarla en parte la define. Para mí, pintor español, mejor o peor, es fascinante saber, darme cuenta, que pertenezco al mismo tiempo geológico que los pintores antiguos de Hispania, de Velázquez, de Picasso o de Miró.
El tiempo, su transcurrir implacable, nos unificará a todos en un mismo movimiento pictórico eliminando teorías, crisis, invenciones disparatadas y discursos que quedarán invariablemente en simple polvo.
Y yo, consciente de ello, sin estridencias, lo único que pretendo es hacerlo lo mejor posible cada día.
EL LADO OSCURO.
"Lo cierto es que admiro
muchas de las extrañas pinturas de algunos Grandes Maestros del Arte que
no otorgan concesiones a nada, que no dan tregua a la belleza asumida y
que se sumergen en las más insondables simas de la pintura. Cuadros de
consciente rareza (muy difíciles de pintar), impecables en su ejecución,
de pureza absoluta, de una franqueza obsesiva; pero oscuros, delirantes,
cerrando el circulo de la fiebre de la mente. Es el psicoanálisis de la
pintura. Pienso en Picabia, en Solana, en algunos Picassos, en el Goya
de las pinturas negras, en Julian Schnabel. No me olvido de Lucien
Freud, ni del primer David Hockney, ni de los hiperrealistas sufridos,
ni de tantos otros. Su obra me fascina y me inquieta. Y la agradezco,
por su generosa ofrenda al arte del lado negro del hombre. Pero yo trato
de digerirlo y depurarlo en la parte que me toca sin olvidar que son
fantasmas del alma humana que están ahí, aunque tratando de
reconducirlos hacia un arte que no olvide la alegría de la vida, la
serenidad, la potencia de la salud, el sol radiante de la mañana, el
cielo despejado del corazón humano cuando es compasivo. Esta decisión de
vital homenaje a la alegría, en Arte, no es ni mejor ni peor camino,
pero es mi camino".
COMPOSICIÓN
"La composición lo es
todo. Una compensada composición de espacios, una equilibrada
composición en las líneas, una justa ponderación del color...todo,
absolutamente todo es composición en pintura";
¿SENTIMIENTO?
"No te engañes. El sentimiento solo no sirve de nada en pintura (ni en ningún arte). Es la técnica refinada y el conocimiento profundo de los mecanismos internos de la pintura lo que hace que ésta funcione y se muestre en todo su esplendor, con todo su sentimiento a flor de piel."
FRÍO
"A veces me desespero con el arte de vanguardia, frío, nihilista, presuntuoso. Incluso gran parte del realista está recorrido por un helor glacial que da miedo, por reaccionario. Tampoco siento clemencia ninguna por los naturalistas, impresionistas, expresionistas y surrealistas modernos en los que el azúcar es el único ingrediente. Pintura, ¿dónde estás?"
EXCUSAS
"¿Un bodegón?, ¿un paisaje?, ¿un desnudo?, ¿una abstracción?, ¿un retrato? Una flor, una luna, un jarrón, un mar turquesa, un árbol frondoso, los ojos verdes, azules, cetrinos, los ojos negros, ¿Un caballo?, ¿un gorrión?. Qué más da, son caprichos, son simplemente excusas para PINTAR." © José Manuel Merello,
BENEVOLENCIA
"Con los años te vuelves más benévolo con muchas de las pinturas torpes de los que están comenzando en el oficio -y con las tuyas propias-, pero no por condescendencia ni debilidad, sino porque llegas al punto en el que se te revela que en el trazo torpe y titubeante, en la mano que duda, en la tachadura y las capas sobrepuestas sobre errores anteriores se esconde el proceso creativo, el descubrimiento del acierto, y la magia y certeza de que el Arte es un universo vivo que se gesta lentamente, obra a obra, acierto a acierto, como el niño que balbucea sus primeras palabras y en las que ya brilla el germen maravilloso del lenguaje complejo. " © José Manuel Merello
ARTE MODERNO. PINTURA, PINTORES. ARTISTAS MODERNOS..
Bodegón Kobalto y Gris
(73 x 92 cm)
Técnica mixta sobre lienzo
CONTACTO